El Betis se ha vuelto a subir en la ola buena y sumó ante el Sporting su tercera victoria consecutiva para enterrar de una vez la peor racha de su historia y poner tierra de por medio con la zona de descenso (seis puntos), al tiempo que se aproxima a la europea, que ahora tiene a tiro de tres.
Los verdiblancos no parecen tener término medio esta temporada, capaces de sumar un punto en diez partidos y de embolsarse 21 en los siete restantes, pues ganaron los cuatro primeros y estos tres últimos –el único de la Liga que lo ha conseguido– justo cuando más negro lo tenían, pues a ver quién iba a imaginar en el minuto 90 del partido ante el Valencia (0-1, el equipo en descenso con 13 puntos y a 11 de la sexta plaza) que hoy iba a estar disfrutando de 22 y más cerca de los de arriba que de los de abajo...
Enchufados. Lo cierto y verdad es que los verdiblancos salieron ayer muy enchufados y que el 4-4-2 que puso en liza Pepe Mel empezó a funcionar desde el pitido inicial –cuatro llegadas con peligro en los cuatro primeros minutos–, gracias en especial a la clarividencia de Juanma, la velocidad de Jefferson Montero y los buenos movimientos de desmarque de Santa Cruz y Rubén Castro, que pronto gozó de una ocasión clamorosa que el meta Juan Pablo (11’) desbarató en el mano a mano, con todas las ventajas para el canario.
Fue el primer aviso de un Betis que ensanchó el campo por las bandas como no había hecho en todo el Campeonato y que encontraba con facilidad los caminos para llegar a la meta rival, tan es así que, tras otra buena ocasión desperdiciada por Montero, llegó el 1-0 de Roque Santa Cruz, al controlar con el pecho un pase interior de Beñat y revolverse con calidad en el área para cruzar el balón, imposible para el meta sportinguista.
No se achicó con el 1-0 adverso el Sporting, que no es mal equipo pese a andar penúltimo, y de no ser por una espectacular mano de Casto el 1-1 hubiera subido al marcador, obra de De las Cuevas (27’), que buscó un resquicio por el lateral diestro y se plantó ante las narices de Casto para lanzarle un obús que el meta bético desvió con el paradón de la jornada, sin lugar a dudas.
El meta bético logró mantener por segundo partido seguido su portal a cero –ya lo hizo en las dos primetas jornadas, ante Granada y Mallorca–, un mérito que le corresponde en especial a él, pues sus defensas, sobre todo Nacho, permitieron demasiadas licencias a los sportinguistas, que tuvieron en Barral a una auténtica pesadilla y ante el que el Casto tuvo que volver a emplearse a fondo con dos nuevas intervenciones antes del descanso (35’ y 46’).
Rubén Castro, que ya había fallado la primera clara a los 11’, tuvo otra ocasión que ni pintada para el 2-0, pero estrelló su remate franco en el poste, con el meta vencido, en lo que sería el inicio de una tarde especialmente aciaga para él, pues si en la primera mitad pudo hacer dos goles en la segunda se le fueron hasta cuatro oportunidades para haber sentenciado, lo que no hizo Molina hasta el 92’, después de haberlo pasado peor de lo debido.
Y es que el Sporting se quedó con diez poco antes del descanso por la segunda amarilla que vio Lora al frenar en falta al veloz Montero. Parecía que lo de la segunda parte iba a ser un paseo, pero no fue tal. El juego de los béticos fue decayendo y los asturianos hicieron bueno el dicho de Helenio Herrera y con diez ofrecieron mejores prestaciones que con once, con un Barral incordiante en grado sumo y un Betis que no acababa de cerrar el partido por las numerosas ocasiones que desperdició Rubén Castro para hacerlo.
Casto evitó que cundiera el pánico en la retaguardia bética con otro par de buenas intervenciones ante Barral, mientras que en ataque al final fue Jorge Molina quien tuvo que asumir el protagonismo que se le negaba a Rubén Castro, que desperdició hasta media docena de ocasiones de gol. El alcoyano aprovechó la segunda suya en el descuento y firmó un 9 de 9 que a su equipo le viene de perlas justo antes de cerrar la primera vuelta ante FC Barcelona y Sevilla FC, pues los 22 puntos ya no hay quien se los quite del casillero..
Los verdiblancos no parecen tener término medio esta temporada, capaces de sumar un punto en diez partidos y de embolsarse 21 en los siete restantes, pues ganaron los cuatro primeros y estos tres últimos –el único de la Liga que lo ha conseguido– justo cuando más negro lo tenían, pues a ver quién iba a imaginar en el minuto 90 del partido ante el Valencia (0-1, el equipo en descenso con 13 puntos y a 11 de la sexta plaza) que hoy iba a estar disfrutando de 22 y más cerca de los de arriba que de los de abajo...
Enchufados. Lo cierto y verdad es que los verdiblancos salieron ayer muy enchufados y que el 4-4-2 que puso en liza Pepe Mel empezó a funcionar desde el pitido inicial –cuatro llegadas con peligro en los cuatro primeros minutos–, gracias en especial a la clarividencia de Juanma, la velocidad de Jefferson Montero y los buenos movimientos de desmarque de Santa Cruz y Rubén Castro, que pronto gozó de una ocasión clamorosa que el meta Juan Pablo (11’) desbarató en el mano a mano, con todas las ventajas para el canario.
Fue el primer aviso de un Betis que ensanchó el campo por las bandas como no había hecho en todo el Campeonato y que encontraba con facilidad los caminos para llegar a la meta rival, tan es así que, tras otra buena ocasión desperdiciada por Montero, llegó el 1-0 de Roque Santa Cruz, al controlar con el pecho un pase interior de Beñat y revolverse con calidad en el área para cruzar el balón, imposible para el meta sportinguista.
No se achicó con el 1-0 adverso el Sporting, que no es mal equipo pese a andar penúltimo, y de no ser por una espectacular mano de Casto el 1-1 hubiera subido al marcador, obra de De las Cuevas (27’), que buscó un resquicio por el lateral diestro y se plantó ante las narices de Casto para lanzarle un obús que el meta bético desvió con el paradón de la jornada, sin lugar a dudas.
El meta bético logró mantener por segundo partido seguido su portal a cero –ya lo hizo en las dos primetas jornadas, ante Granada y Mallorca–, un mérito que le corresponde en especial a él, pues sus defensas, sobre todo Nacho, permitieron demasiadas licencias a los sportinguistas, que tuvieron en Barral a una auténtica pesadilla y ante el que el Casto tuvo que volver a emplearse a fondo con dos nuevas intervenciones antes del descanso (35’ y 46’).
Rubén Castro, que ya había fallado la primera clara a los 11’, tuvo otra ocasión que ni pintada para el 2-0, pero estrelló su remate franco en el poste, con el meta vencido, en lo que sería el inicio de una tarde especialmente aciaga para él, pues si en la primera mitad pudo hacer dos goles en la segunda se le fueron hasta cuatro oportunidades para haber sentenciado, lo que no hizo Molina hasta el 92’, después de haberlo pasado peor de lo debido.
Y es que el Sporting se quedó con diez poco antes del descanso por la segunda amarilla que vio Lora al frenar en falta al veloz Montero. Parecía que lo de la segunda parte iba a ser un paseo, pero no fue tal. El juego de los béticos fue decayendo y los asturianos hicieron bueno el dicho de Helenio Herrera y con diez ofrecieron mejores prestaciones que con once, con un Barral incordiante en grado sumo y un Betis que no acababa de cerrar el partido por las numerosas ocasiones que desperdició Rubén Castro para hacerlo.
Casto evitó que cundiera el pánico en la retaguardia bética con otro par de buenas intervenciones ante Barral, mientras que en ataque al final fue Jorge Molina quien tuvo que asumir el protagonismo que se le negaba a Rubén Castro, que desperdició hasta media docena de ocasiones de gol. El alcoyano aprovechó la segunda suya en el descuento y firmó un 9 de 9 que a su equipo le viene de perlas justo antes de cerrar la primera vuelta ante FC Barcelona y Sevilla FC, pues los 22 puntos ya no hay quien se los quite del casillero..
Fuente: Elcorreo
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