El Real Betis que saltó anoche al estadio José Zorrilla fue la versión 3.0. Después de habernos ilustrados con la 1.0 en San Mamés donde el equipo fue demoledor arriba y unas hermanitas de la caridad atrás usando un 4-3-3, y una semana después ofreció la versión 2.0 ante el Rayo Vallecano donde se utilizó el 4-4-2 y la imagen del equipo de Pepe Mel fue muy decepcionante viendose un equipo sin alma y perdido en el campo.
Anoche, tras 23 días sin disputar un partido oficial de liga por el aplazamiento del encuentro que le debía enfrentar al Atlético de Madrid, Pepe Mel volvió al 4-3-3 pero con las debidas prudencias en la retaguardia. Recuperaba a Mario, Paulao y los "Rubenes". Comenzó el Real Betis con una alarmente falta de juego y ritmo de competición, que le hicieron tener la pelota -casi en exclusiva- al equipo pucelano colgando muchos balones al área verdiblanca por mor de la debilidad del flanco izquierdo bético con Nacho atrás y Nono por delante. Tras veinte minutos de dominio vallisoletano aunque sin que el portal de Casto pasara por excesivos apuros, Mel decide hacer un cambio táctico. Nono y Agra intercambian las bandas. Y es a partir de este movimiento en la pizarra cuando el Valladolid deja de hacer daño por el costado zurdo, entendiendose mucho mejor en las coberturas Nacho y Agra. El partido se iguala e incluso el cojunto heliopolitano se acerca y con peligro a la meta de Jaime. Jorge Molina y Nono tuvieron oportunidad de poner por delante al Real Betis.
La segunda mitad se inició como la primera, dominio del equipo local y vuelta a los apuros en defensa que incluso pudieron traducirse en goles locales de estar acertados los pucelanos, pero con el transcurso de los minutos y los cambios el equipo verdiblanco toma equilibrio el choque. Salieron Nosa (58'), Alex Martinez (68') y Pereira (71'). El canterano fue el más incisivo por delante de Nacho y el que, al fin y a la postre, fabricó el gol del Betis. Nosa, se pasó mas tiempo por el suelo que jugando. Mala elección de botas. Y Pereira lo intentó sin éxito. Sin trasmitir buenas sensaciones, el Real Betis tuvo ocasiones para ponerse por delante o ir perdiendo. Primero Omar en el minuto 54’ fallaba el 1-0 a puerta vacía, y luego Casto entre su mano y el larguero evitaban que un cabezazo de Ebert (73’) inaugurara el marcador. Más adelante Jaime salvó un gol cantado ante el canario Rubén Castro (76’) y vio cómo rozaba el poste un ajustado remate del gallego (88’). Y cuando ya en Pucela, público y equipos daban por bueno el empate a nada, el gol bético llegó de la forma más increible y absurda. Internada por banda izquierda del canterano Alex Martinez que centra a Rubén Castro pero lo intercepta el meta Jaime, quien incomprensiblemente suelta el balón y le cae a los pies del canario que bate la porteria pucelana mientras Marc Valiente, central que acompañaba a Rubén, se dedicaba a
protestar al juez de linea.
Con una gran dosis de fortuna el Real Betis se lleva en el zurrón los tres puntos a Sevilla, importantisimos después de 23 días duros sin competir, con la obligación de trabajar para mejorar las sensaciones.
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