La Armada verdiblanca conquista nervión a base de goles de falta de un tal centrocampista vasco llamado Beñat Etxeberría Urquiaga.
El Real Betis Balompié fué justo vencedor de un partido en el que fueron muy superiores en todos los aspectos a un Sevilla F.C. que ni siquiera fue capaz de aprovechar la ventaja que siempre supone ponerse por delante en los primeros minutos del encuentro. Pepe Mel dispuso para la ocasión un novedoso sistema táctico que sorprendió a propios y extraños donde Jefferson Montero tiraba al centro, Roque al interior, y Rubén Castro y Pozuelo, activos y dinámicos, buscaban la espalda del débil centro del campo local. Cuando aún no habían pasado los primeros minutos de rigor para tantearse los eternos rivales, llegaría una indecisión entre el centro del campo y la defensa béticas, cuando Trochowski llegó hasta la posición de Paulao y centró con la izquierda para que rematara Negredo (con Dorado mal posicionado y Nacho a su espalda) abriendo el marcador para los nervionenses. Contrario a lo que pudieramos imaginar, el gol sevillista activó a los verdiblancos que siempre llevaron el mando del encuentro por mucho que tardara en plasmarlo en el partido, hasta el minuto 92, aunque sin mucho remate para los béticos cara a la portería de Javi Varas.
Los de Michel acosaron más en el inicio, pero se fueron replegando con el paso de los minutos con un Real Betis que interpretó siempre bien el contragolpe con Jefferson Montero y Pozuelo como estiletes. El derby se fue cargado de intensidad física y dureza en el campo con el transcurso de los minutos. De hecho, Negredo fue protagonista cuando debió ser expulsado por un permisivo Delgado Ferreriro tras una fuerte entrada sobre Nelson, que tuvo que ser sustituido por Chica en el minuto 40. Antes hubo un penalti muy reclamado por los béticos sobre Pozuelo y Negredo debió ver una amarilla por tirarse en el área bética tras una jugada con Paulao. Además, el colegiado vasco perdonó una amarilla a Medel, que cortó un contragolpe de Pozuelo. Pero el empate heliopolitano llegaría en el momento en el que más gusto da, cuando ya no existía tiempo para que nada cambiara en esta primera mitad. Minuto 43, falta que recibe Santa Cruz a manos del chileno Medel en la frontal del área. Beñat asume la autoría del libre directo, y al igual que ocurrió en la ida en el Benito Villamarín, lanzando un soberbio chut superando el muro sevillista y ajustandolo al palo del portero que tocó incluso madera para colarse en la red de Javi Varas. Tablas en el Sanchez Pizjuán y magnifico tanto con el que se conseguía premio al espíritu combativo de los de Mel.
En la segunda mitad, generó más peligro el Sevilla en las inmediaciones de Fabricio, pero dominó más el balón el Betis. Iriney le daba una lección a todos sus rivales del centro del campo, hacía las faltas en el momento justo, recuperaba el balón donde debía y poco a poco el Betis se fue adueñando de la situación. Claro que tampoco eso se plasmaba en ocasiones de gol claras. Pozuelo seguía siendo el mejor de los verdiblancos y el cansancio afectó a Jefferson Montero, que fue diluyéndose hasta ser sustituido por Pereira. Rubén Castro, siempre con el disparo entre ceja y ceja, tuvo dos ocasiones antes de que el partido se decidiera de forma explosiva para los verdiblancos. Con los cambios el Sevilla tomo algo mas de cuerpo, aunque eso si, sin tener presencia en el mediocampo y el Real Betis asumió el rol de jugar al contragolpe pero los minutos pasaban sin que ninguno consiguiera marcar y desnivelar la balanza. Rubén Castro la tuvo de nuevo si hubiera visto a un Jonathan Pereira que se abría en banda en un magnifico contraataque.
Y cuando ya agonizaban los 2 minutos de prolongación decretados por Delgado Ferreiro. Falta de nuevo en la frontal del área sevillista a Pereira. Y de nuevo el mismo actor principal, Beñat Etxeberría coloca con mimo el esférico ante la incredula, atónita y miedosa afición nervionense ante el dejavú que tenían delante de ellos. Pita el trencilla. Beñat da un pasito. Salta la barrera local y el vasco lanza raso y fuerte la falta que, de nuevo, besa la cepa del poste y bate in extremis a Varas. La explosión de júbilo invade a los miles de béticos desplazados a apoyar a su equipo en campo comanche. Con estos dos soberbios lanzamientos transformados por Beñat sumados al de la ida en el Villamarín, son un verdadero catálogo de lanzamientos de faltas en el borde del área que hubieran firmado los mejores especialistas mundiales en la materia.
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