Llegaba el Real Betis a Soria sin huelga de controladores aéreos, pero si con el temporal de frío y nieve que está afectando a la zona centro y norte de la peninsula.
Con la lección aprendida del año pasado donde el frío le cogió por sorpresa y se llevó una soberana goleada a manos de los sorianos. El Real Betis volvía a la escena del crimen con otro aire al del año pasado y con cara de lider indiscutible, pero con la incognita del juego colectivo.
Poco o nada mejoró la cara futbolística de los verdiblancos en esta jornada liguera, que ofrecieron de nuevo debilidad defensiva creandole ocasiones en exceso y nula consistencia en el centro de campo. Cierto es, que la zona donde le tocó defender a los de Pepe Mel estaba helada por las bajas temperaturas pero en ningún caso es excusa puesto que los atacantes numantinos también deambularon por la zona y le crearon multitud de ocasiones en la primera mitad.
El Numancia podría haber goleado en los primeros compases de partido, pero el Real Betis tuvo a su lado la diosa fortuna (cualidad de los campeones). Dos palos, en los minutos 6 y 12 a manos de Barkero y Dimas pudieron poner en franca ventaja a los sorianos. Pero fue en el minuto 10 cuando se concretó el primer contratiempo bético. Perfecta jugada de estrategia del Numancia que nace de un saque de falta lateral de Barkero, que inteligentemente cede a Nano y ante la pasividad de la zaga verdiblanca marca a placer a Goitia.
El equipo heliopolitano se intentaba enterar de la pelicula y salia más a la contra que intentando dominar los tiempos del partido, y buena prueba de ella fue una arrancada de Emaná que consigue zafarse de sus perseguidores y escorado encuentra el palo de la meta defendida de Eduardo. Y minutos después, jugada calcada con el mismo actor pero distinto final. Arrancada espectacular del africano, su pase al área fue recogido por Jorge Molina casi dentro del área pequeña, y cuando se disponía a rematar a placer vio como Pavón lo derribaba de forma clara. Penalty y expulsión, como aquel que dijo. Y el Numancia con 10 juagadores durante más de 1 hora de partido. El penalty fue lanzado y transformado por el camerunés.
Con la superioridad los verdiblancos jugaron más cómodos en el centro de campo, lo que propició que se vieran ocasiones claras para los verdiblancos y que Isidoro colgará un balón al área local y encontrara el pié de Rubén Castro después del fallo en el despeje de Eduardo. 1-2 y vuelta a la tortilla en los pajaritos. Antes de que terminara la primera mitad pudo ponerse más ventaja en el marcador aún, si el colegiado no hubiera anulado un gol legal de Rubén Castro por presunta manos que no se produjeron.
Con la segunda mitad, mismo panorama que de inicio. Un Numancia al ataque y ahora con uno menos ponía en jaque al Real Betis con uno más, de nuevo Jaio remató solo en el segundo palo una acción que bien pudo servir para el justificado empate que buscaban los de Unzúe. Tal era la anestesia que tenía el conjunto de Pepe Mel que fortaleció el centro de campo saltando Cañitas en lugar de Jorge Molina. Aún así poca reacción. Aún así, el Betis tuvo dos contras para matar el partido, las dos con los mismos protagonistas, Emana y Rubén Castro. La primera, en el minuto 71, fue el canario el que dejó para su capitán, pero el guardameta Eduardo solventó bien el mano a mano frente al camerunés. Luego, en el 80, fue al contrario, el que Emana abrió para el pichichi bético, que, escorado un poco a la izquierda, envió el esférico lejos de los dominios del portero local.
Con la lección aprendida del año pasado donde el frío le cogió por sorpresa y se llevó una soberana goleada a manos de los sorianos. El Real Betis volvía a la escena del crimen con otro aire al del año pasado y con cara de lider indiscutible, pero con la incognita del juego colectivo.
Poco o nada mejoró la cara futbolística de los verdiblancos en esta jornada liguera, que ofrecieron de nuevo debilidad defensiva creandole ocasiones en exceso y nula consistencia en el centro de campo. Cierto es, que la zona donde le tocó defender a los de Pepe Mel estaba helada por las bajas temperaturas pero en ningún caso es excusa puesto que los atacantes numantinos también deambularon por la zona y le crearon multitud de ocasiones en la primera mitad.
El Numancia podría haber goleado en los primeros compases de partido, pero el Real Betis tuvo a su lado la diosa fortuna (cualidad de los campeones). Dos palos, en los minutos 6 y 12 a manos de Barkero y Dimas pudieron poner en franca ventaja a los sorianos. Pero fue en el minuto 10 cuando se concretó el primer contratiempo bético. Perfecta jugada de estrategia del Numancia que nace de un saque de falta lateral de Barkero, que inteligentemente cede a Nano y ante la pasividad de la zaga verdiblanca marca a placer a Goitia.
El equipo heliopolitano se intentaba enterar de la pelicula y salia más a la contra que intentando dominar los tiempos del partido, y buena prueba de ella fue una arrancada de Emaná que consigue zafarse de sus perseguidores y escorado encuentra el palo de la meta defendida de Eduardo. Y minutos después, jugada calcada con el mismo actor pero distinto final. Arrancada espectacular del africano, su pase al área fue recogido por Jorge Molina casi dentro del área pequeña, y cuando se disponía a rematar a placer vio como Pavón lo derribaba de forma clara. Penalty y expulsión, como aquel que dijo. Y el Numancia con 10 juagadores durante más de 1 hora de partido. El penalty fue lanzado y transformado por el camerunés.
Con la superioridad los verdiblancos jugaron más cómodos en el centro de campo, lo que propició que se vieran ocasiones claras para los verdiblancos y que Isidoro colgará un balón al área local y encontrara el pié de Rubén Castro después del fallo en el despeje de Eduardo. 1-2 y vuelta a la tortilla en los pajaritos. Antes de que terminara la primera mitad pudo ponerse más ventaja en el marcador aún, si el colegiado no hubiera anulado un gol legal de Rubén Castro por presunta manos que no se produjeron.
Con la segunda mitad, mismo panorama que de inicio. Un Numancia al ataque y ahora con uno menos ponía en jaque al Real Betis con uno más, de nuevo Jaio remató solo en el segundo palo una acción que bien pudo servir para el justificado empate que buscaban los de Unzúe. Tal era la anestesia que tenía el conjunto de Pepe Mel que fortaleció el centro de campo saltando Cañitas en lugar de Jorge Molina. Aún así poca reacción. Aún así, el Betis tuvo dos contras para matar el partido, las dos con los mismos protagonistas, Emana y Rubén Castro. La primera, en el minuto 71, fue el canario el que dejó para su capitán, pero el guardameta Eduardo solventó bien el mano a mano frente al camerunés. Luego, en el 80, fue al contrario, el que Emana abrió para el pichichi bético, que, escorado un poco a la izquierda, envió el esférico lejos de los dominios del portero local.
Tres puntos importantisimos para soñar con el objetivo final, pero que urge volver a la senda de juego desplegado jornadas atrás. Porque la suerte y la pegada no siempre arreglarán los partidos.
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