El Betis rompió la racha de cinco derrotas consecutivas con un agónico y vital triunfo ante el Albacete (2-0) labrado en los compases finales del partido, al marcar Roversio (74’) y Jorge Molina (84’) a la salida de dos córners botados por Salva Sevilla. La victoria, unida a la derrota del Rayo por la mañana en Huesca (4-1), deja a los verdiblancos a un punto de la zona de ascenso directo en vísperas de visitar al colista, la Ponferradina, y recibir el próximo domingo a la UD Las Palmas.
Pepe Mel, cuyo nombre fue coreado por los aficionados béticos cuando la victoria quedó encarrilada, revolucionó el equipo titular en busca de ese triunfo que rompiera de una vez la peligrosísima dinámica perdedora en la que el Betis se había instalado. Y la principal novedad que presentó de salida, toda vez que era conocida la ausencia de Emana por lesión, fue la ausencia del once titular por vez primera en la temporada de Salva Sevilla, que aparecería en la segunda parte para ejercer de revulsivo.
Con Isidoro-Roversio-Dorado y Nacho atrás, la creación quedó para Beñat e Iriney, los encargados de conectar con la tripleta Ezequiel-Rubén Castro-Jonathan Pereira, y con Jorge Molina, que era la referencia arriba. Pero la fórmula tampoco funcionó, pues los verdiblancos, atenazados por los nervios, recurrieron en exceso al pelotazo largo y permitieron que el Albacete de David Vidal se defendiera sin demasiados agobios en la primera mitad, en la que sólo hubo que contabilizar un par de ocasiones de Jonathan Pereira (6’) y Jorge Molina (44’), mal resueltas por estos.
A todo trapo. Tras el descanso los béticos salieron concienciados de lo que se jugaban y apretaron de lo lindo para encerrar al Alba en su parcela, contando también con la fortuna de cara en un saque de esquina que Roversio (53’) remató al larguero de su propia portería y que puso el corazón en un puño a todos los presentes en el Villamarín.
Mel movió pronto el banquillo para dar entrada a Salva Sevilla, cuya presencia dio mayor empaque al juego ofensivo de los béticos, que hicieron del meta rival Keylor Navas al mejor de su equipo, con espléndidas paradas en remates de Iriney (52’), Ezequiel (61’) o Beñat (73’), que lo intentaron desde todos los ángulos.
El juego de los béticos, entre los que destacó un Ezequiel incansable y atrevido, ganó en peso específico con la presencia de Salva Sevilla, pero los minutos pasaban y el gol no llegaba, aunque la insistencia de los locales, apoyados en todo momento por su fiel afición, tuvo a la postre premio en el undécimo saque de esquina botado contra la meta de Navas. Lo ejecutó Salva Sevilla, muy cerrado, lo peinó Jorge Molina en el primer palo y lo remachó Roversio (74’) con el pie derecho en el segundo cuando apenas quedaba un cuarto de hora para el final.
El grito de goooooool casi se escuchó en Dos Hermanas, tal era la rabia contenida que tenía la afición bética, que a pesar del 1-0 no pudo vivir un tramo final de partido plácido, pues Tato (82’) aprovechó un fuera de juego mal tirado por los centrales y se plantó en solitario ante Casto, que salvó los muebles –y quién sabe si la cabeza de Pepe Mel– saliendo a los pies del delantero rival con decisión y le arrebató el balón con limpieza en una acción determinante.
Nadie en el Villamarín pudo respirar tranquilo hasta que Jorge Molina hizo el 2-0, en otro saque de esquina botado por Salva Sevilla que cabeceó el alcoyano (84’) en el primer palo ganándole la partida al meta rival Keylor Navas en su único lunar de la tarde. Entonces sí quedó sellada la victoria y la grada empezó a corear el nombre de Pepe Mel. La nefasta racha de derrotas ya está rota y ahora queda recuperar el fútbol que este equipo fue capaz de exhibir antes de ella.
Pepe Mel, cuyo nombre fue coreado por los aficionados béticos cuando la victoria quedó encarrilada, revolucionó el equipo titular en busca de ese triunfo que rompiera de una vez la peligrosísima dinámica perdedora en la que el Betis se había instalado. Y la principal novedad que presentó de salida, toda vez que era conocida la ausencia de Emana por lesión, fue la ausencia del once titular por vez primera en la temporada de Salva Sevilla, que aparecería en la segunda parte para ejercer de revulsivo.
Con Isidoro-Roversio-Dorado y Nacho atrás, la creación quedó para Beñat e Iriney, los encargados de conectar con la tripleta Ezequiel-Rubén Castro-Jonathan Pereira, y con Jorge Molina, que era la referencia arriba. Pero la fórmula tampoco funcionó, pues los verdiblancos, atenazados por los nervios, recurrieron en exceso al pelotazo largo y permitieron que el Albacete de David Vidal se defendiera sin demasiados agobios en la primera mitad, en la que sólo hubo que contabilizar un par de ocasiones de Jonathan Pereira (6’) y Jorge Molina (44’), mal resueltas por estos.
A todo trapo. Tras el descanso los béticos salieron concienciados de lo que se jugaban y apretaron de lo lindo para encerrar al Alba en su parcela, contando también con la fortuna de cara en un saque de esquina que Roversio (53’) remató al larguero de su propia portería y que puso el corazón en un puño a todos los presentes en el Villamarín.
Mel movió pronto el banquillo para dar entrada a Salva Sevilla, cuya presencia dio mayor empaque al juego ofensivo de los béticos, que hicieron del meta rival Keylor Navas al mejor de su equipo, con espléndidas paradas en remates de Iriney (52’), Ezequiel (61’) o Beñat (73’), que lo intentaron desde todos los ángulos.
El juego de los béticos, entre los que destacó un Ezequiel incansable y atrevido, ganó en peso específico con la presencia de Salva Sevilla, pero los minutos pasaban y el gol no llegaba, aunque la insistencia de los locales, apoyados en todo momento por su fiel afición, tuvo a la postre premio en el undécimo saque de esquina botado contra la meta de Navas. Lo ejecutó Salva Sevilla, muy cerrado, lo peinó Jorge Molina en el primer palo y lo remachó Roversio (74’) con el pie derecho en el segundo cuando apenas quedaba un cuarto de hora para el final.
El grito de goooooool casi se escuchó en Dos Hermanas, tal era la rabia contenida que tenía la afición bética, que a pesar del 1-0 no pudo vivir un tramo final de partido plácido, pues Tato (82’) aprovechó un fuera de juego mal tirado por los centrales y se plantó en solitario ante Casto, que salvó los muebles –y quién sabe si la cabeza de Pepe Mel– saliendo a los pies del delantero rival con decisión y le arrebató el balón con limpieza en una acción determinante.
Nadie en el Villamarín pudo respirar tranquilo hasta que Jorge Molina hizo el 2-0, en otro saque de esquina botado por Salva Sevilla que cabeceó el alcoyano (84’) en el primer palo ganándole la partida al meta rival Keylor Navas en su único lunar de la tarde. Entonces sí quedó sellada la victoria y la grada empezó a corear el nombre de Pepe Mel. La nefasta racha de derrotas ya está rota y ahora queda recuperar el fútbol que este equipo fue capaz de exhibir antes de ella.
Fuente: Elcorreo
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