El Betis goleó a la UD Las Palmas en una tarde plácida y emotiva que encarriló muy pronto (Rubén Castro hizo el 1-0 a los seis minutos) y en la que recuperó buena parte de las virtudes que lo llevaron a ser líder destacado de la categoría hace apenas un par de meses. Ahora queda a un punto de la zona de ascenso directo, en la que estaría metido de lleno de no haber mediado el escandaloso arbitraje del jueves en el Toralín. Incluso sería líder otra vez si no hubiera subido al marcador el gol fantasma que le valió la victoria al Rayo el sábado en la Ciudad Deportiva del Villarreal, donde comenzó el carrusel de arbitrajes perniciosos en contra con un gol mal anulado a Molina.
De todos modos, pese al mangazo de Ponferrada y el regalito al Rayo en Villarreal, el balance de esta larga semana con tres jornadas es bastante bueno para el Betis, que ha recortado cuatro puntos al Celta y uno a los vallecanos, y, sobre todo, porque el equipo, cada partido que pasa, mejora sus prestaciones y recupera virtudes futbolísticas que parecían enterradas, aunque la verdad sea dicha, no era algo muy complicado tras el paupérrimo nivel ofrecido durante la crisis y la escasa entidad de los rivales –Albacete, Ponferradina y Las Palmas, que hoy son los tres colistas– que han posibilitado ponerle fin a la misma con este siete de nueve que no ha sido pleno de victorias por lo que todos ustedes ya conocen sobradamente.
Emana por Iriney. Ante la UD Las Palmas Pepe Mel volvió a introducir novedades en el once titular: lo más llamativo, la ausencia de Iriney –que la pifió en Ponferrada pese a que luego le quitaran una de las dos tarjetas– y el regreso a la titularidad de Emana, así como la presencia en el eje de la zaga de Belenguer en lugar del lesionado Roversio.
Fue un equipo muy ofensivo el que puso en liza el técnico bético, con Beñat y Salva Sevilla en la zona de creación, Rubén Castro y Ezequiel en las bandas y Emana por detrás de Jorge Molina. La idea era apabullar a los canarios con una fuerte presión arriba y la verdad es que las cosas no pudieron comenzar mejor, pues a los seis minutos Rubén Castro controlaba un buen pase de Nacho desde la izquierda y con un colocado y potente disparo hacía subir el 1-0 al marcador.
Beñat y Salva Sevilla se adueñaron por completo de la zona ancha y desde allí surtieron de buenos balones a sus compañeros, aunque Emana no tuvo precisión en el último pase y hubo que aguardar casi hasta el descanso para dejar el choque encarrilado con el 2-0, marcado por Emana al transformar un penalti cometido por el portero sobre él mismo.
La mejor noticia para los béticos, aparte del resultado, fue volver a ver a su pareja de delanteros en buena forma y con el olfato de gol recuperado, pues Rubén Castro estuvo muy incisivo pese a jugar a escorado a la banda derecha y a Jorge Molina se le vio uno de sus mejores partidos: un gran demarraje suyo provocó la expulsión de Lequi (63’), que dejaba a los canarios sin posibilidad ya de reacción, y la ejecución en el 3-0 fue perfecta, controlando entre dos defensas un buen pase de Salva Sevilla y batiendo a Barbosa con un ajustado disparo desde la frontal.
El meta canario fue el mejor de los suyos y evitó tres o cuatro goles cantados, aunque al final no pudo detener el de Josico (77’) que cerró la cuenta para los verdiblancos, que anotaron ayer tantos goles como habían hecho en los siete partidos precedentes y con este 4-1 mejoran en el goal-average general al Celta, algo que puede tener importancia capital al final de la temporada y que conviene no descuidar cada vez que haya ocasión para ello. La victoria y todos los goles del partido tuvieron dedicación especial para Miki Roqué, que ya está en Catalunya para someterse pronto a una delicada operación.
De todos modos, pese al mangazo de Ponferrada y el regalito al Rayo en Villarreal, el balance de esta larga semana con tres jornadas es bastante bueno para el Betis, que ha recortado cuatro puntos al Celta y uno a los vallecanos, y, sobre todo, porque el equipo, cada partido que pasa, mejora sus prestaciones y recupera virtudes futbolísticas que parecían enterradas, aunque la verdad sea dicha, no era algo muy complicado tras el paupérrimo nivel ofrecido durante la crisis y la escasa entidad de los rivales –Albacete, Ponferradina y Las Palmas, que hoy son los tres colistas– que han posibilitado ponerle fin a la misma con este siete de nueve que no ha sido pleno de victorias por lo que todos ustedes ya conocen sobradamente.
Emana por Iriney. Ante la UD Las Palmas Pepe Mel volvió a introducir novedades en el once titular: lo más llamativo, la ausencia de Iriney –que la pifió en Ponferrada pese a que luego le quitaran una de las dos tarjetas– y el regreso a la titularidad de Emana, así como la presencia en el eje de la zaga de Belenguer en lugar del lesionado Roversio.
Fue un equipo muy ofensivo el que puso en liza el técnico bético, con Beñat y Salva Sevilla en la zona de creación, Rubén Castro y Ezequiel en las bandas y Emana por detrás de Jorge Molina. La idea era apabullar a los canarios con una fuerte presión arriba y la verdad es que las cosas no pudieron comenzar mejor, pues a los seis minutos Rubén Castro controlaba un buen pase de Nacho desde la izquierda y con un colocado y potente disparo hacía subir el 1-0 al marcador.
Beñat y Salva Sevilla se adueñaron por completo de la zona ancha y desde allí surtieron de buenos balones a sus compañeros, aunque Emana no tuvo precisión en el último pase y hubo que aguardar casi hasta el descanso para dejar el choque encarrilado con el 2-0, marcado por Emana al transformar un penalti cometido por el portero sobre él mismo.
La mejor noticia para los béticos, aparte del resultado, fue volver a ver a su pareja de delanteros en buena forma y con el olfato de gol recuperado, pues Rubén Castro estuvo muy incisivo pese a jugar a escorado a la banda derecha y a Jorge Molina se le vio uno de sus mejores partidos: un gran demarraje suyo provocó la expulsión de Lequi (63’), que dejaba a los canarios sin posibilidad ya de reacción, y la ejecución en el 3-0 fue perfecta, controlando entre dos defensas un buen pase de Salva Sevilla y batiendo a Barbosa con un ajustado disparo desde la frontal.
El meta canario fue el mejor de los suyos y evitó tres o cuatro goles cantados, aunque al final no pudo detener el de Josico (77’) que cerró la cuenta para los verdiblancos, que anotaron ayer tantos goles como habían hecho en los siete partidos precedentes y con este 4-1 mejoran en el goal-average general al Celta, algo que puede tener importancia capital al final de la temporada y que conviene no descuidar cada vez que haya ocasión para ello. La victoria y todos los goles del partido tuvieron dedicación especial para Miki Roqué, que ya está en Catalunya para someterse pronto a una delicada operación.
Fuente: Elcorreo
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