Increíble la derrota que encajó ayer el Betis y que puede suponer el despido de Pepe Mel –un punto en diez partidos–, pues después de que su equipo le diera un soberano baño a Osasuna y le creara hasta una docena larga de ocasiones muy claras de gol (dos largueros, cinco paradones del meta rival, otras tantas que se marcharon por milímetros), los navarros ganaron en el descuento gracias a un tanto de Nekounam tras una falta absurda cometida por Dorado en la que el balón, para más inri, rebotó en la barrera y despistó a Casto.
Si cruel fue encajar el domingo anterior ante la Real el gol de la derrota con un lanzamiento desde 55 metros de Iñigo Martínez, más cruel fue recibirlo ayer en el mismo minuto después de haber hecho méritos sobrados para la victoria y haberle dado un repaso de aúpa al conjunto navarro, tal y como reconoció su entrenador tras el partido. “El Betis, cuando se puso a jugar como sabe, nos dio un meneo que nipaqué”, admitió sin rubor José Luis Mendilibar, y es que en la segunda parte sólo hubo un equipo sobre la cancha, jugando un fútbol de muy alto nivel y gozando Rubén Castro, Jonathan Pereira, Santa Cruz, Beñat y Cañas de ocasiones de sobra para haber regresado a Sevilla con la crisis resuelta y tres puntos de oro en el casillero, pero el gafe de este equipo parece no tener fin.
‘Amarrategui’. Consciente de lo mucho que se jugaba y de que desde el propio club se le acusa de utilizar tácticas temerarias, Pepe Mel, tal y como adelantó a sus jefes el pasado lunes, plantó a su equipo en el Reyno de Navarra con un sistema de juego mucho más precavido, con tres centrales arropaditos y dos laterales que apenas tenían licencia para cruzar el medio campo, donde Matilla ocupó de salida el puesto de Beñat y Salva Sevilla trataba infructuosamente de conectar con Santa Cruz y Pereira. El balón se le dio a Osasuna (70-30% de posesión al descanso) y a verlas venir y economizar fuerzas para la segunda parte.
Del osado 4-3-3 pasó a jugar el Betis con un ultradefensivo 5-3-2 que al menos sirvió para que Osasuna no encontrara los caminos para inquietar a Casto, que en esta ocasión tenía la consigna clara de sacar en largo de portería buscando siempre la prolongación de Santa Cruz, mucho más entonado que en anteriores partidos. Un saque largo del portero peinado por el espigado delantero paraguayo sirvió a Pereira para forzar una falta muy cerca de la frontal a los siete minutos. Falta que Salva Sevilla estrelló en el poste derecho de la meta de Andrés Fernández, noveno palo de los béticos en lo que va de temporada, ranking que luego pasarían a liderar en solitario, pues Rubén Castro (88’) estrelló otro cabezazo en el larguero –el décimo– en la segunda mitad.
Fue la única llegada con peligro de los béticos en la primera parte, en la que cedieron la posesión del balón a los navarros, que sólo en un centro colgado por Cejudo (30’) y cabeceado por Lamah llevaron algo de peligro sobre la meta de Casto. La táctica de Mel, encaminada a mantener el cero en la portería, funcionaba, pero a la salida de un córner se produjo un monumental fallo de marcaje que permitió a Flaño (39’) rematar a placer el saque de esquina ejecutado por el ex bético Cejudo.
Reacciona Mel. La suerte de Mel parecía echada, pues este Betis no ha sido capaz de remontar una sola vez esta temporada cuando ha encajado primero, aunque ya lo hizo infructuosamente ante la Real el domingo anterior, al levantar un 2-0 con buenas dosis de fortuna para acabar cayendo al final con un misil teledirigido.El técnico reaccionó pronto y tras el descanso dio entrada a Rubén Castro por Ustaritz, variando el 5-3-2 por un 4-2-3-1 más ofensivo que pronto empezó a hacerse con las riendas del choque y poner en jaque a la zaga rival. En especial cuando entró Beñat en lugar de Matilla (55’): el Betis se apropió del balón de forma absoluta, comenzó a combinarlo con gusto, buscando paredes con Santa Cruz y pisando el área de forma reiterada con sumo peligro. Cañas (52’), Jonathan Pereira (56’ y 66’), Santa Cruz (64’) y el propio Rubén Castro (70’) se pusieron media docena de veces de gol antes de que el canario anotara el 1-1 en el 80’ tras un buen pase de Pereira.
Sólo quedaban diez minutos para el final, tiempo sobrado para seguir generando fútbol de muchos quilates y ocasiones de gol, una tras otra, sobre la meta de Andrés Fernández, el auténtico héroe de su equipo. Pereira, Beñat, Rubén y Santa Cruz tuvieron en reiteradas oportunidades el 1-2, pero de tanto errar dieron pie a que Dorado cometiera una falta absurda en el descuento y que Nekounam clavara otro puñal en el corazón de todo el beticismo. Increíble pero cierto, el Betis perdía de nuevo, aunque esta vez a Mel poco se le puede reprochar. Si no lo echaron antes sería cruel echarlo ahora después de ver cómo reaccionó el equipo, que en Pamplona desplegó su mejor fútbol del curso y aún no pisó zona de descenso en toda la temporada.
Si cruel fue encajar el domingo anterior ante la Real el gol de la derrota con un lanzamiento desde 55 metros de Iñigo Martínez, más cruel fue recibirlo ayer en el mismo minuto después de haber hecho méritos sobrados para la victoria y haberle dado un repaso de aúpa al conjunto navarro, tal y como reconoció su entrenador tras el partido. “El Betis, cuando se puso a jugar como sabe, nos dio un meneo que nipaqué”, admitió sin rubor José Luis Mendilibar, y es que en la segunda parte sólo hubo un equipo sobre la cancha, jugando un fútbol de muy alto nivel y gozando Rubén Castro, Jonathan Pereira, Santa Cruz, Beñat y Cañas de ocasiones de sobra para haber regresado a Sevilla con la crisis resuelta y tres puntos de oro en el casillero, pero el gafe de este equipo parece no tener fin.
‘Amarrategui’. Consciente de lo mucho que se jugaba y de que desde el propio club se le acusa de utilizar tácticas temerarias, Pepe Mel, tal y como adelantó a sus jefes el pasado lunes, plantó a su equipo en el Reyno de Navarra con un sistema de juego mucho más precavido, con tres centrales arropaditos y dos laterales que apenas tenían licencia para cruzar el medio campo, donde Matilla ocupó de salida el puesto de Beñat y Salva Sevilla trataba infructuosamente de conectar con Santa Cruz y Pereira. El balón se le dio a Osasuna (70-30% de posesión al descanso) y a verlas venir y economizar fuerzas para la segunda parte.
Del osado 4-3-3 pasó a jugar el Betis con un ultradefensivo 5-3-2 que al menos sirvió para que Osasuna no encontrara los caminos para inquietar a Casto, que en esta ocasión tenía la consigna clara de sacar en largo de portería buscando siempre la prolongación de Santa Cruz, mucho más entonado que en anteriores partidos. Un saque largo del portero peinado por el espigado delantero paraguayo sirvió a Pereira para forzar una falta muy cerca de la frontal a los siete minutos. Falta que Salva Sevilla estrelló en el poste derecho de la meta de Andrés Fernández, noveno palo de los béticos en lo que va de temporada, ranking que luego pasarían a liderar en solitario, pues Rubén Castro (88’) estrelló otro cabezazo en el larguero –el décimo– en la segunda mitad.
Fue la única llegada con peligro de los béticos en la primera parte, en la que cedieron la posesión del balón a los navarros, que sólo en un centro colgado por Cejudo (30’) y cabeceado por Lamah llevaron algo de peligro sobre la meta de Casto. La táctica de Mel, encaminada a mantener el cero en la portería, funcionaba, pero a la salida de un córner se produjo un monumental fallo de marcaje que permitió a Flaño (39’) rematar a placer el saque de esquina ejecutado por el ex bético Cejudo.
Reacciona Mel. La suerte de Mel parecía echada, pues este Betis no ha sido capaz de remontar una sola vez esta temporada cuando ha encajado primero, aunque ya lo hizo infructuosamente ante la Real el domingo anterior, al levantar un 2-0 con buenas dosis de fortuna para acabar cayendo al final con un misil teledirigido.El técnico reaccionó pronto y tras el descanso dio entrada a Rubén Castro por Ustaritz, variando el 5-3-2 por un 4-2-3-1 más ofensivo que pronto empezó a hacerse con las riendas del choque y poner en jaque a la zaga rival. En especial cuando entró Beñat en lugar de Matilla (55’): el Betis se apropió del balón de forma absoluta, comenzó a combinarlo con gusto, buscando paredes con Santa Cruz y pisando el área de forma reiterada con sumo peligro. Cañas (52’), Jonathan Pereira (56’ y 66’), Santa Cruz (64’) y el propio Rubén Castro (70’) se pusieron media docena de veces de gol antes de que el canario anotara el 1-1 en el 80’ tras un buen pase de Pereira.
Sólo quedaban diez minutos para el final, tiempo sobrado para seguir generando fútbol de muchos quilates y ocasiones de gol, una tras otra, sobre la meta de Andrés Fernández, el auténtico héroe de su equipo. Pereira, Beñat, Rubén y Santa Cruz tuvieron en reiteradas oportunidades el 1-2, pero de tanto errar dieron pie a que Dorado cometiera una falta absurda en el descuento y que Nekounam clavara otro puñal en el corazón de todo el beticismo. Increíble pero cierto, el Betis perdía de nuevo, aunque esta vez a Mel poco se le puede reprochar. Si no lo echaron antes sería cruel echarlo ahora después de ver cómo reaccionó el equipo, que en Pamplona desplegó su mejor fútbol del curso y aún no pisó zona de descenso en toda la temporada.
FUENTE: Elcorreo
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