JORNADA 22ª LIGA BBVA: ATLETICO DE MADRID - REAL BETIS

jueves, 1 de diciembre de 2011

Resignación, esperanza y rejón de muerte. Real Betis 2 - Real Sociedad 3


Del vacio de un partido más que se iba al limbo al jarro de agua gélida que recorrió a los miles de béticos pasando por la esperanza infantil del que todavía no ha perdido la inocencia.

El jugador donostiarra Iñigo Martínez acabó dando al traste con el sueño de los chicos de Mel de la remontada en tablas en el luminoso verdiblanco en el minuto 93 de partido. Como si de una película de suspense se tratase, el thriller que se vivió en la matinal del domingo no tuvo que envidiar en nada a una de Scorsese. Intrigante, inquietante y cruel.

Comenzó el partido al ritmo de siempre en el lado verdiblanco, un equipo que dispone de la pelota y que la toca y retoca en exceso, a un ritmo lento con pases previsibles que no llegan normalmente a su destino o ni siquiera se mira más a allá de tres cuartas partes del campo rival. Fue, pese a todo, la Real el equipo que gozó primero de una buena ocasión en los inicios del encuentro con un remate de Gorka Elustondo y una buena intervención del meta Casto Espinosa. Pero a los pocos minutos después fue cuando en el 21 Griezmann, más voluntarioso que preciso, provocó y falló un penalti cometido por Casto, desaprovechando una de las ocasiones que los vascos tuvieron en la primera parte. La intensidad en el choque fue creciendo conforme pasaban los minutos, con llegadas de ambos equipos, pero sin mucha concreción.
Dos ocasiones claras para el conjunto verdiblanco en el minuto 28 con un disparo lejano de Salva Sevilla que despejó Bravo y su rechace lo recogió Pozuelo, cuyo pase de la muerte no pudo ser rematado por Rubén Castro en boca de gol. Eran los mejores minutos del conjunto verdiblanco, sin embargo, no pudo concretar ninguno de los acercamientos a la portería realista. Con el 0-0 se llegó al final de los primeros 45minutos.

El equipo de Pepe Mel quiso mantener la iniciativa en el juego en la reanudación de partido en la segunda mitad, aunque volvió a ser la Real Sociedad la que a la contra creó peligro por mediación de un inocente Griezamann en el remate. Sí logró el equipo visitante el objetivo del gol a la salida de un córner con un cabezazo libre de marca del punta Imanol Agirretxe a los diez minutos del inicio de este período y pocos minutos después el propio Agirretxe estuvo cerca de poner el 0-2 pero el balón se le fue al larguero. La Real manejó el encuentro a su antojo sin hacer nada del otro mundo, parapetándose atrás y saliendo a la contra ante unos zagueros que perdían los duelos individuales, los colectivos y que incluso cuando no había duelo, se lo inventaban con sus propios errores.

En el minuto 75, otro despiste defensivo acabó con Carlos Vela solo delante de Casto (al contragolpe), al que batió por bajo con muchísima tranquilidad, siendo el segundo tanto realista. Descompuesto el Real Betis, Mel perfiló dos cambios Ezequiel y Pereira para intentar maquillar la situación porque lo que era enmendar la plana se antojaba imposible. Pero a este Betis le va la marcha desde siempre, y lo más dificil lo sabe hacer a la perfección. Salva Sevilla, mucho mejor que en jornadas anteriores asiste con balón por encima de la defensa realista a Pereira que sin dejarla botar bate al meta Bravo. Los chicos de Mel subieron la intensidad, que no el juego, y con más empuje y corazon que cabeza se provoca una falta en la frontal de la meta visitante que estampa Salva Sevilla en la barrera, le vuelve el rechace dispara a puerta encontrando la trayectoria del balón un defensa txurriurdín que asiste de nuevo a Pereira y bate por segunda vez a Bravo. Éxtasis en el Villamarín del nada al todo en 5 minutos. Todo indicaba el reparto de puntos cuando el central vasco Iñigo Martínez, perfecto en defensa durante todo el encuentro, veía adelantado a Casto y se sacaba de la chistera un zurdazo desde el medio campo que se colaba en la portería bética. Cruel desenlace para un partido que tuvo de todo un poco. Golpe anímico de nuevo para el Betis y estocada de muerte para Pepe Mel. El único aspecto positivo es que se acabó con 550 minutos de sequía goleadora. ¡¡Todo un record!!

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