"Aqui se viene a jugar, se puede ganar, pero seguro que se va a sufrir", esta es el frase con la que se encuentran los equipos visitantes justo antes de entrar al vestuario del Ciutat de València. Y nada más premonitorio para los pupilos de Pepe Mel.En un encuentro en el que los locales fueron exageradamentes efectivos, tres ocasiones que se plasmaron en tres goles, y los visitantes no supieron leer el partido. Porque el Levante te puede sorprender al principio de temporada, pero lo que no puede sorprenderte es en la jornada 26 cuando todos lo hemos visto jugar y siempre juega a lo mismo, casi todo el equipo por detrás del balón y Koné como una isla en ataque.
El Real Betis salió repitiendo once que en las últimas jornadas ligueras, que tan buen resultado le dió a Mel. Con la consigna de tocar el balón con toques cortos, buscando los espacios y no dando pases que pusieran en peligro el dominio del esférico se desarrolló la primera parte. Con un Jeff. Montero desconocido, desbordaba una y otra vez por banda izquierda provocando faltas y alguna que otra amonestación -Los frutos con el ecuatoriano en los entrenos semanales van dando sus frutos puesto que ya al llegar a la lina de fondo, trata de centrar al compañero en vez de caracolear infinidad de veces hasta perder la pelota- y las movilidades de Rubén Castro y Jorge Molina parecía que el gol llegaría teniendo un poco de paciencia. Craso error. El dominio que le dejaba tener el Levante era estéril dejandole tocar hasta 3/4 partes del campo granota.
Los de JIM jugaron sus bazas, ordenaditos atrás y sin ningún rubor a defenderse y salir a la contra en cuanto pudiese. Y así lo hicieron en el minuto 34, saliendo a la primera contra que tuvieron, consiguen una falta escorada a la derecha de Fabricio y es Barkero quien supera la barrera, y bate al meta canario quien pudo hacer algo más en esa falta. 1-0 en el electrónico. Según mostraban las estadísticas verdiblancas este año tan solo un partido ha sabido remontarlo y ganarlo. Fea se le ponía la ocasión de distanciarse más aún del descenso y mirar de reojo a Europa. El Levante no estaba jugando a nada, pero con el tanto se fué asentando en el partido saliendo algo más al contragolpe, y en una de esas, jugada de tiralíneas entre Juanfran-Barkero-Xavi Torres que ejecuta con un perfecto cabezazo el alicantino imposible de atajar por parte de Fabricio. 2-0 y el resultado se antojaba excesivo a tenor de lo mostrado por ambos equipos. El Levante tenía al Betis noqueado pero, en una jugada en la que nadie acertó a despejar el balón, éste le llegó a Molina para que batiera a Munúa. Acortó distancias el Betis que le mantendría vivo en el partido y más aún llegando el descanso.
Con la segunda mitad la receta estaba clara, meterle mayor intensidad al encuentro. Pero sucedió todo lo contrario el Levante muy bien plantado y con mayor aplomo a raiz de los tantos marcados fue estirandose algo para sentenciar el partido, y lo consiguió a los 5 minutos. Contra llevada por el marroquí Ghezzal acompañado por Valdo y Koné, ve al africano y en diagonal le cede la pelota para que marque a placer de nuevo a Fabricio. Contra mal defendida por el conjunto verdiblanco que tuvo como responsables a Nelson y Paulao al no marcar ninguno de los dos al de Costa de Marfíl.
A partir de aqui el Real Betis andaba noqueado y el Levante con muchisima más soltura y confianza pudo golear a los de Mel. Por suerte para los heliopolitanos no fue así. Pepe Mel intentó cambiar hombre retirando a Paulao (con molestias en el gemelo), Salva Sevilla y Jeff. Montero (inexplicable este último cambio cuando estaba siendo el mejor y el que traía de cabeza a la defensa levantina) e introduciendo a Santa Cruz, Cañas y Pereira. Ninguno de los cambios fueron revulsivos puesto que el equipo siguió en la misma línea de juego, toque sin crear peligro y ritmo cansino de juego.
Al final pareció animarse un poco el partido con oportunidades de Rubén Castro, Santa Cruz y Jorge Molina, pero nada más lejos de la realidad puesto que los azulgranas se replegaron y dejaron algo de más espacio al cuadro visitante.
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