JORNADA 22ª LIGA BBVA: ATLETICO DE MADRID - REAL BETIS

viernes, 2 de noviembre de 2012

UN DESCUIDO Y LA NADA: REAL VALLADOLID 1 - REAL BETIS 0


Para mantener la ilusión en la Copa del Rey, el Betis está obligado a remontar en Heliópolis el gol en contra con que regresa a Sevilla desde Pucela. Los verdiblancos encajaron el tanto cuando mejor estaban, y luego no fueron capaces de reaccionar.
Ni siquiera cuando superada la hora de partido se vio con un hombre más sobre el césped por una extraña agresión sobre Perquis de Sereno, que no hizo honor a su apellido y fue expulsado. Para entonces, el Betis ya era la nada y continuó siéndolo hasta el final.
El duelo despertó, en realidad, a los veinte minutos, tras un remate demasiado alto de Manucho en posición clara. A renglón seguido, Cañas tuvo que retirarse lesionado; le sustituyó Beñat y el choque cobró vida para los de Pepe Mel. El vasco se dedicó a tomar la manija desde que pisó el césped, y todo habría sido mucho más favorable si el remate de Jonathan Pereira en el 25 no se hubiese topado con la mano de Jaime y el larguero. Sin embargo, de los pies de Beñat lo que nació fue la contra que le costó el partido al Betis. Más que una contra fue un descuido general en defensa que permitió a Lolo controlar un balón largo y centrar desde la izquierda en ausencia de Ángel, y a Bueno ejecutar un remate acrobático ante la media salida de Casto y adelantándose a Nacho.
En nombres propios, Agra estuvo peleón y voluntarioso, pero sus decisiones empiezan a parecerse, por erróneas, a las que tomaba Jefferson. Mejor lo hizo Jorge Molina, pero casi siempre en una lucha de espaldas a la portería. Cuando la tuvo de cara, ya en la segunda mitad, no estuvo acertado, aunque a punto estuvo de empatar al poco de la reanudación tras una conexión con Pereira.
El Betis no mejoró ni al verse en superioridad ante un Valladolid que no renunció al balón, ni a presionar arriba; y solo en los minutos finales se estiró un poco más en busca del gol del empate. La entrada de Rubén Castro le dio algo más de cuerpo arriba, pero el canario tampoco encontró el gol en sus dos remates más claros. El nerviosismo se apoderó del grupo de Mel, diluido con el paso de los minutos; con un Nosa incapaz de cambiar de ritmo, que comenzó sin complicarse y acabó regalando más balones de los aconsejados. La fase de desconcierto en que entró el partido tras la expulsión de Sereno pudo con el Betis, que ya para entonces evidenciaba falta de paciencia y que acabó pagando demasiado caro un desajuste defensivo.
A finales de noviembre, el Betis necesita remontar la eliminatoria en el Benito Villamarín si quiere mantener viva la esperanza de crecer en esta competición. Esta vez no ha renunciado a nada; simplemente, no estuvo a la altura de un partido que, sin exigencias demasiado grandes, le desesperó. Cierto es que encajó el gol de forma inmerecida, justo cuando controlaba a su oponente; después, no volvió a ser el mismo.

FUENTE: ElDesmarque.

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