Suplente el domingo pasado ante la Balompédica Linense con el filial, decisivo este martes con el primer equipo. Ausente, lesionado, criticado y despistado los últimos 13 meses, revolucionario, vertical, asistente y trascendental en 30 minutos. Esas cosas tiene el fútbol y estas cosas tiene Vadillo, que ha guiado al Betis hacia los octavos de final de la Copa tras remontar ante el Valladolid.
La eliminatoria ya estaba empatada cuando el canterano saltó al terreno de juego. El gol de Amaya ponía las cosas más de cara. Pero el que hizo que la remontada fuera plácida, que el triunfo fuera cómodo incluso, fue Álvaro Vadillo. En sus primeros segundos en el césped asistió a Rubén Castro tras una gran jugada personal. Poco después, y con un 2-0 que dejaba al equipo con el peligro de la eliminación con un tanto recibido, de nuevo arrancó el gaditano y provocó el 3-0 de la tranquilidad y de los octavos de final.
Todo son alegrías en el Betis, no solo el regreso de Álvaro Vadillo al primer plano futbolístico bético. También la andadura en la Copa, pues el equipo de Mel remontó un incómodo 1-0 de la ida ante un Valladolid que ciertamente ha ofrecido poco en el Villamarín.
También son para felicitarse las prestaciones de toda la plantilla. El once que presentó el técnico madrileño para levantar la eliminatoria hubiera sido impensable hace algunos días. Y sin embargo completó un partido con todas las garantías. Como mimetizados, cada jugador del Betis que sale al campo cumple con una tremenda fiabilidad y dando la réplica al que suple. Porque el Betis, salvo derbis puntuales, es fiable, muy fiable.
Es tremendamente seguro, y defiende en conjunto como pocos. Es férreo e incómodo para todos los rivales, a los que agota física y psíquicamente. El conjunto verdiblanco mantiene unas constantes de presión, juego, orden durante los 90 minutos. Con eso le bastó a los béticos ante los pucelanos, que tocan bien, pero que a un equipo como el Betis casi ni le hicieron cosquillas en este encuentro de vuelta.
Es tremendamente seguro, y defiende en conjunto como pocos. Es férreo e incómodo para todos los rivales, a los que agota física y psíquicamente. El conjunto verdiblanco mantiene unas constantes de presión, juego, orden durante los 90 minutos. Con eso le bastó a los béticos ante los pucelanos, que tocan bien, pero que a un equipo como el Betis casi ni le hicieron cosquillas en este encuentro de vuelta.
Por todo ello le va tan bien al Betis esta temporada, en la Liga por supuesto, pero ahora también en la Copa. El cuadro es benévolo y el conjunto heliopolitano se mueve por el momento por él con comodidad. La virtud de no hacer complicado lo sencillo. Ahora llega la UD Las Palmas en octavos; que siga el paseo, que ya habrá tiempo para curvas en este bonito torneo.
FUENTE: ElDesmarque
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