El arranque liguero no puede ser más esperanzador e ilusionante para los béticos, más sabiendose el terremoto institucional que vive en estos momentos el club. Y es que el Real Betis encadenó el sábado su tercera victoria consecutiva y la segunda seguida fuera de Heliópolis, lo que lo hace más importante.
Presentó el Elche un partido de poder a poder, en el que adelantó la defensa con un Samuel (mejor central de la categoría) mandando y un centro de campo plagado de centrocampistas para entorpecer la circulación y creatividad verdiblanca. Por lo que la primera parte fue de total y absoluto control ilicitano con intervenciones a cuentagotas del meta bético Goitia pero que hicieron emplearse al máximo. Uno, Edu Albácar probó los reflejos del meta vasco verdiblanco con una falta lanzada por abajo y a la cepa del poste, donde Goitia respondió con una estirada providencial. Dos, Kike Mateo desde la banda izquierda la cuelga al área y Linares cabecea y hace que el meta bético se estire de nuevo para impedir el tanto ilicitano. Tres, contragolpe del Elche que lanza Linares, que pasa a Kike Mateo y éste desde más de 20 metros lanza un obús que se estrella en la cruceta bética. Y esto es lo más destacado de la primera parte, donde el Real Betis apenas apareció en ataque y que se defendió con uñas y dientes por medio de la defensa y Goitia. La tarde calurosa y humeda, la masificación de centrocampistas de béticos e ilicitanos en mediocampo y el agobio constante de los jugadores del Elche para que la media verdiblanca no crease hizo que el Real Betis mandón y alegre de los partidos anteriores no apereciera.
La segunda mitad comenzó como terminó la primera, el Elche comiendole el centro del campo al Real Betis y creandole peligro, por lo que Pepe Mel viendo que todo pintaba gris para su equipo movió banquillo y a los 10 minutos de la segunda mitad entró Beñat, la nueva sensación en verdiblanco, por Momo y con este cambio de cromos los verdiblancos se adueñaron de la zona ancha y las ocasiones no se hicieron esperar. Miguel Lopes (buen partido el del portugués) ataca por banda, cuelga un balón al área ilicitana que repelen de cabeza, Beñat recupera con el pecho poniendo el balón a Emaná que mando a la grada. Y el primer gol en el minuto 55, contraataque lanzado por Caffa que da un magnifico pase a Rubén Castro en banda izquierda que internandose por esa banda se cuela en el área de Willy Caballero y resuelve impecablemente la jugada poniendo al Real Betis por delante en el Martinez Valero. Con lo mal que lo pasó hasta este minuto. Seguian sucediendose las ocasiones heliopolitanas, esta vez es Caffa quien intercepta un pase deficiente de Samuel y el argentino la coloca por la escuadra pero Caballero lo desvarata metiendo la mano. Cuando parecía que finalmente caería el segundo, infantil acción de Nacho que intercepta con la mano un pase del Elche que le vale una tarjeta amarilla que unida a otra que tenia, se gana la roja y deja al equipo con 10. Dificultades para un Betis que estaba lanzado. Pero lejos de pasar agobios cuatro minutos después arrancada descomunal de Emaná que intenta zafarse de un defensor ilicitano, Acciari, en el pico del área grande pero éste le hace falta. Y sorpresa. El canterano Beñat pide tirarla con mucha insistencia y le dan el beneplacito. Pasitos cortos para ubicarse. Pitido del colegiado. Máxima expectación. Un, dos, tres, cuatro pasos hacia el esférico lanza con pierna derecha...y SOBERBIO GOLAZO por la escuadra derecha de Willy Caballero. 0-2 y ahi murió el partido.
Son solo detalles. El Real Betis juega como equipo, manda y su juego es vistoso cuando le dejan manejar el balón y si no lo tiene tiene muchas carencias pero se defiende como un león, los canteranos como Beñat responden al mister pidiendo sitio en la primera plantilla de manera inmejorable, Emaná está mucho más centrado y comprometido con el equipo y se asocia como los ángeles con Rubén Castro, y el técnico Pepe Mel lee a la perfección los partidos.
Estamos en las maduras, seguramente vendrán las duras pero por ahora 9 puntos de 9 posibles, dando un puñetazo en la mesa y con la virtud de la costumbre ganadora.
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