Era de esperar que tan inmaculado arranque liguero cosechado por el equipo verdiblanco se manchara por algún tropiezo traducido en derrota. Ni todos los los partidos los iba a ganar el Real Betis, ni esta primera derrota es el principio del apocalipsis bético.
Si analizamos el partido desde la barrera, como solemos hacer cada semana, podemos observar como se han juntado algunos factores para que los de Pepe Mel cayeran en Albacete.
Hasta ahora el Real Betis había saltado al campo, tanto de local como de visitante, con el esquema táctico 4-4-2 y según pasaba el partido Pepe Mel introducía variantes tácticas poblando de hombres el mediocampo. Podemos así decir que el equipo heliopolitano saltaba a los campos con una clara vocación ofensiva para llevarse los partidos y cuando el botín se había conseguido, se remaba y guardaba la ropa para así llevarse los 3 puntos en litigio.
El sábado saltó el Real Betis con un esquema invertido, es decir, probó poblar el centro del campo de inicio y terminó, por el empuje y efectividad albaceteña, jugando por bandas con el 4-4-2. Lo que quiere decir que quitó a Caffa y metió a Cañas en su lugar junto a Iriney y Salva Sevilla (aunque este más escorado a banda). Ante un Albacete con empuje, ordenado y muy efectivo, el Real Betis naufragó perdido por la parcela ancha del campo donde el cuadro albaceteño fue quien llevó la batuta y el tempo del partido de principio a fin. Se puso por delante pronto el equipo local que por mediación de Tato en el minuto 28 de partido aprovecha un gran pase desde el centro del campo que controla, deja que bote y empala en la escuadra de Goitia el primero de la tarde. Golazo soberbio. El Real Betis que estaba francamente perdido en el partido recibe otra contra por perdida en el centro de campo y la ocasión termina estampandose en el larguero del portero vasco verdiblanco. Sufria el equipo verdiblanco por los contragolpes locales. Pero como nota habitual del equipo de Mel, este grupo no se viene abajo y sigue a lo suyo intentando tocar y buscar espacios que faciliten la ocasión de gol y 10 minutos después Cañas ve en carrera a Rubén Castro que se adelanta a la linea defensiva albaceteña y bate a K. Navas de fuerte disparo cruzado. 1-1 pero Mel seguia sin verlo claro y 2 minutos más tardes da entrada a Israel en lugar de Cañas para así poder jugar con dos bandas e intentar crear más peligro.
La segunda mitad parece que sale con algo más de luces el Real Betis y buena cuenta de ella es la primera ocasión en verdiblanco. Ataque del Betis por medio de Nacho que pasa a Salva Sevilla y que el almeriense no consigue convertir ya que el portero adivinó su intención. Aunque si el centrocampista hubiese visto a Emaná a su derecha de haberle dado el pase estaríamos hablando, con total seguridad del segundo tanto bético. En respuesta a la oportunidad visitante, llega la salvación bética. Contragolpe del Albacete que tras pase desde el centro del campo, Tato se adelanta a Dorado en carrera y éste pica la pelota a Goitia que repele el larguero. El Real Betis de nuevo salvado por la madera y haciendo un regular partido donde Emaná esta vez no apareció y cuando tenia la posesión del esférico se le nublaba las luces y se liaba a recortar defensores. Con esta pinta y acercandose más bien poco, Pepe Mel decidió mover de nuevo banquillo con lo que buenamente tenía ofensivo (si lo podemos considerar así). Quitó a un espeso Emaná por Juande, que sale de una lesión larga, y da entrada a F. Vega por Iriney. Pero poco efecto surtiria cuando a 12 minutos del final una falta lateral en el medio campo es pasada a Cuevas que recorre en paralelo el área de Goitia entre los defensores béticos y dispara en la frontal con la mala suerte que el golpeo del balón es interceptado por el tobillo de Belenguer que cambia la trayectoria, despista al portero y marca el Albacete. 2-1... ineficacia, mala suerte y mal planteamiento del partido tácticamente.
No es negro el panorama verdiblanco si se vence en casa a la Ponferradina el próximo sábado, pero si que es una muestra de que en esta categoría se debe correr y trabajar como mínimo lo mismo que el contrario y sobretodo saber ser eficaces de cara al gol.
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